Related Posts with Thumbnails

Si yo fuera Dios...


Hace unos tres meses, Mons. Romera, rector de la Pontificia Università della Santa Croce estuvo en la UIC, dando una sesión a profesores de Humanidades sobre la situación del cristianismo en el mundo actual. Fue interesante. Sobre todo el rato de charla que tuvimos él y yo esa misma tarde. Le comeneté lo de los "autobuses ateos", que en ese momento estaban circulando por Barcelona y me gustó lo que me dijo:

a veces se maneja un concepto superficial de felicidad. La auténtica felicidad la da Dios -la felicidad eterna-. Cualquiera puede darse cuenta: en la medida en que yo vivo para los demás, en esa medida yo crezco más. Es una paradoja: pierdo mi yo, cuando en realidad, gano. Frivolizar sobre todo esto es quedarse en lo superficial: "probablemente... despreocúpate" ¡Nos va la vida!

Seguir Leyendo...

Es verdad, le comenté. Pero los ateos existen: no todo el mundo lo parece tener tan claro... Romera me citó a Niestzche, quie, efectivamente, negaba a Dios. Pero se daba perfecta cuenta de lo que ello comportaba:

borrando a Dios, hemos borrado el horizonte que tenemos; borrando a Dios, no hay ningún Dios que nos ilumine ni ilumine nuestros pasos; borrando a Dios es como precipitarse en la nada...

El cristianismo no limita a la persona humana para que sea más persona, sino todo lo contrario: le dice cómo es para poder actuar en consecuencia.
Cuando falta una visión sólida de lo que es el ser humano, faltan criterios de autenticidad en los afectos, en los sentimientos... Eso tiene mucho que ver con la ideología de género, para la cual todo es fruto de algo cultural. En el fondo es un aceptarse o no a sí mismo. Aceptar la propia verdad y asumirla es algo muy importante. El problema es que se da una gran importancia a los afectos, y la felicidad tiene mucho que ver con ellos, pero no sólo. Hay que educar los afectos para que sean auténticamente humanos...
Finalmente, lo que más me gustó fue la afirmación a la pregunta sobre qué es lo que aporta el pensamiento cristiano: el concepto de filiación.
el cristiano es alguien que se sabe hijo y, por eso, querido. Hijo de un Dios que perdona, que no es despótico
... y por eso, su visión optimista. Ahora bien: ¿por qué, si Dios es un Padre tan bueno, permite el mal? ¿Por qué no lo evita? Es la tentación de muchos: si yo fuera Dios, no permitiría que el mal exisitiera... Pero Dios nos ha hecho libres: ese es el riesgo que ha corrido; para que le amáramos. Sí. Pero libremente.

Entrevista a Mons. Luis Romera


Share/Save/Bookmark